Qué se le dice a un hombre cuando arroja
sus últimas monedas
al alcantarillado,
un hombre despojado de su noche
que arrastra como puede
sus zapatos y su sombra.
Qué se le dice a un hombre sin hogar
que cuenta sus miradas por pasiones,
que extiende
las palmas de sus manos contra el aire
y siente su derrota en las muñecas
y muere
de morirse siempre así.
Qué se le dice a un hombre de sed
y paz
que ha bebido el tiempo y la carne
y siente entre sus tripas
algún vacío nunca indispuesto.
Pues se le dice:
bebe,
cierra los ojos de una vez,
cuando los abras
escribe.
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