Con este ya son seis poemas
el día 25.
Tenía razón cuando decía que el fracaso
me alimentaba -su locura
rozaba muchas veces la genialidad, lo olvidé.
También tenía razón
cuando dijo
que moriría solo, aunque se equivocara al pensar
que me repetiría como caducado -era
inteligente, mas no visionaria,
demasiado práctica.
Aunque no lo dijera, supongo que me culpaba a mí
-en su silencio
tenía una gran verdad que no quería comprender.
A ver si al menos yo me equivoco.
Mañana no vas a llamar
porque todas ellas
tienen razón.
1 comentario:
sip! sin duda el silencio siempre culpa, pero solo al que quiere ser culpado.
Publicar un comentario