miércoles, 11 de febrero de 2009

Los sueños

Se aprenden porque
no pueden compartirse, dividir
su pan en partes semejantes para bocas distintas.

Trabajos con paseos
cuando atardecen las ciudades y la gente,
y el horizonte
no se decide aún a componer la sombra
para el protocolario amor
de los adolescentes.

Elige una ciudad tomada por turistas,
comercios; sitiada por el mar
y las banderas olvidadas en balcones.

Cuando despiertes
las calles te recogerán al vuelo, caminando
sin ti.

Se me olvidaba
que nada dura siempre.

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