jueves, 3 de diciembre de 2009

Me asusta lo finito,
las gotas
de aceite
de la sartén,
las liras místicas,
las relaciones de pareja con letrero,
la vida,
las consecuencias de la estupidez
en un tiempo marcado,
una canción de dos minutos
capaz de enternecerte,
la vida,
los aguijones,
las casas
también.
No soy cobarde, pero tengo
una epidermis,
terminaciones
nerviosas, traumas...
me asusta horriblemente la literatura
por si me devorase
o me dejara huérfano con una arcada.
Pero más miedo me da
el miedo
dentado,
aparecer muerto de falta
de todo
lo que me asusta y me divierte.
Lo eterno y lo infino, no.
Porque debajo de mi cama, entre los ácaros de la moqueta,
existe el frío,
respiro solo por placer,
para sentirme mundo en los pulmones,
fumo,
y todo tiene su final.
Si no lo encuentras, mientes, tergivesas, política
de verbos graves, complicados.
Si existe, estaba antes que nosotros y nos hizo hueco.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

full locura, full bohemia mi hermano. un abrazo.

Raúl dijo...

Celebro que sigas escribiendo, el poema que empieza "Los días ya no te frecuentan, hartos de tanto insípido latido" es magnífico.

Un saludo y nos vemos,
Raúl.

Anónimo dijo...

ese poema está en este blog??