domingo, 27 de junio de 2010

El huevo y la gallina, el miedo y
la soledad.
               Yo no conozco los idiomas
de la tormenta, no.
No puedo sacar piedras del recuerdo
para tocarlas y atender
su realidad indiferente a mi deseo.
Yo tuve tres deseos, concedí
que me amarraran
al mástil si se divisaba tierra.
Y comprendí que la satisfacción
es una sed a punto de tragarnos.
Por eso, a solas,
me dejo
morir y sé que esto podría haberlo dicho
mejor
el huevo o la gallina
que el miedo,
la soledad.

1 comentario:

María dijo...

Para este has debido tardar 3 milisegundos...

(En voz alta me suena raro, tal vez no debería hablar sola a estas horas)