miércoles, 14 de julio de 2010

Será ese lento estarse quieto de la luz
que se te posa alrededor igual que el pan
tiende a permanecer
en la mirada rota del hambriento.

O como van buscándote
feroces faros de automóvil en la noche,
la noche de tus piernas enseñadas,
el alba de tus muslos aprendidos.

Será que callan los acentos enfrentados
y la centella de banderas incoloras
tapa la sangre, el mismo polvo, el mismo barro
ignominioso de todos los siglos,
de todas las historias, cuando ríes.

¡Qué forma tiene el mundo de esperarte
y de encogerse hasta la talla de tus manos!
Será que sin olvido no hay amor
y tú, eterna insomne, quiebras mi memoria
con solo estar presente y demostrarte.

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