sábado, 23 de octubre de 2010

NY Arrivals

A Carmen.

¿Qué hacer sin tú mirada siempre atenta?
No sabes cómo me preocupa el tiempo
de té, café, cigarros,
tan presto a dividirse -sin fisura,
el tiempo de un consejo.
Y me pregunto quién seré a tu vuelta,
si habré podido hacer las cosas bien.

Estás bonita al pie del rascacielos,
y se te ve feliz como a nosotros,
se te ha pegado la mitología
del Hudson en los labios.
Y todavía no te has ido, amiga.

Tan sólo suerte, y nada más te mando,
estas horribles ganas
de señalar aviones,
de que te vayas feliz a la vida,
que sepas olvidarnos, sólo un poco.

1 comentario:

Laura dijo...

Hoy me he despedido de ella y tengo una sensación muy extraña: no sabía que se puede llorar de tristeza y felicidad al mismo tiempo.

Precioso el poema. Besitos