martes, 13 de enero de 2009

En nombre del invierno

La niebla congelada entra
hasta los huesos.
Anida. Las palabras se dan prisa,
y migran hacia el sur.

Pacientes,
se agolpan en los labios:
no pienso lo que digo;
a veces,
medito lo que tengo que escribir.
¿De dónde vienen?
¿Estaban dentro? ¿Me buscaban
entre los árboles?

Sí, detenido en las orillas.
Medito las espumas.
Dibujo un corazón vendido
o en venta.

Y como una marabunta humana
ante las puertas
de las rebajas,
se están impacientando las palabras.

Buscan
su cuerpo, nuestros nombres.

1 comentario:

Estherbis dijo...

Bonita forma de describir el invierno

¡¡Poetazo!!