La niebla congelada entra
hasta los huesos.
Anida. Las palabras se dan prisa,
y migran hacia el sur.
Pacientes,
se agolpan en los labios:
no pienso lo que digo;
a veces,
medito lo que tengo que escribir.
¿De dónde vienen?
¿Estaban dentro? ¿Me buscaban
entre los árboles?
Sí, detenido en las orillas.
Medito las espumas.
Dibujo un corazón vendido
o en venta.
Y como una marabunta humana
ante las puertas
de las rebajas,
se están impacientando las palabras.
Buscan
su cuerpo, nuestros nombres.
1 comentario:
Bonita forma de describir el invierno
¡¡Poetazo!!
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