miércoles, 4 de febrero de 2009

I`dont belive

Creyente
te explico mi palabra y su desilusión.
Mañana habrán venido a ser escombros,
la pérfida osamenta
de la que cuelga algún jazmín roído.

¿Acaso flores, dije? Ni del bien ni del mal,
como este siglo XXI,
su paz parasitaria del silencio
de los cadáveres impresos en el desayuno
-nos venda más ojos que la herida,
ni bien ni mal,
un frío cómodo en esta orilla.

Aplasto el aire
de la palabra
cariño,

ni tu convencimiento me devuelve
la fe en la palabra.
Ya no me pertenezco

y pulso
necrología y música de viento y cuerda,
calima y soga,
eternidad baldía
pero

tan solo (como al principio)
será el verbo,
y no nosotros, al final.

La nada es un racimo de colores nuevos.

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