No brillará como neones rubios
la curva por debajo de la noche
de tus costillas -dura elipse a medias-
Aún más desnudos que en el paraíso,
con pan y pan ganándonos sudor
y su dolor escuálido.
La oscuridad de los espejos frena
su ruido granulado y amanece.
La realidad de nuevo nos envuelve.
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