martes, 2 de septiembre de 2008

óxido

Hoy no comí -un lujo extraño-.
Palpé las nubes con tus senos. Todo
se fue por donde vino.

La gente tuvo miedo
de ver la sangre en sus felpudos limpios
y el niño se quedó en el parque solo,
bebiendo arena y peces, dibujando
con su inocencia fiera
aviones en cada cristal vacío.

No tengo ganas de comer, tus senos
dejaron un sabor amargo, como
de bala encasquillada o cerradura
dormida eternamente.

Que alguien quite a aquel niño
esa verdad de entre sus manos.
La muerte no lo buscará, yo olvido.

3 comentarios:

Las siete vidas de una gata dijo...

http://creativecommons.org/licenses/by-nd/2.5/es/

ponte esto, k algo hará

ElGranLechovski dijo...

muy bonico.

Javier López dijo...

Hola, me gustaría que miraras http://blog-de-posts.blogspot.com/
y me dijeras si podría publicar un post tuyo.
Por cierto, no eres uno entre la masa, eres bueno, bastante bueno... escribiendo.
Saludos.