viernes, 31 de octubre de 2008

Aullido

A Allen Ginsberg

Quisiera tener frío, andar desnudo
por los histéricos, tristes tejados,
colérico y real, envenenado
y desintoxicado de este mundo.

Quisiera otra cabeza y no es la tuya
para sacar sus ojos y mirarme
y comparar mi estupidez con vuestra puta madre:
imagen, silicona y razón pura,

economía, envidia... a ver quién gana.
Por mí, podeis seguir viviendo -cambio
la eternidad de vuestra mala baba

de horarios y de marcas registradas
por el precioso y rojo don de un labio,
la helada en mi cabello esta mañana-.

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