Con esta belle epoque de cuatro días,
su imsomnio re-elegido cada noche,
las uñas rojas sujetando la cerveza,
-agur,
............en qué desierto-
en otra muerte nos volvemos a encontrar
que hoy llueve
y la ciudad respira charcos negros
y el arco-iris del aceite de automóvil
absorve luz quemada de farolas.
Y se respira muerte y gloria,
¡bendito barro!
complejo de provincia en los balcones
y resistencia al extrarradio -no nos toque
cristal ni acero-
¿A qué desierto me llevan tus espumas?
¿Eres una mujer o una ciudad?
...Promesas de abandono
1 comentario:
Precioso poema con un final impactante.
Te felicito
Estherbis
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