miércoles, 26 de noviembre de 2008

Génesis

igual que un niño que no entiende
por qué
la luz
si pulsa el punto
exacto de las lámparas,
así utilizo yo tu cuerpo,
auyento monstruos y deshago las tinieblas...

cada pulgada y cada palmo

(porque tu piel no puede,
no debe,
medirse con centímetros helados,
con números en cinta que deciden
una belleza efímera y mortal)

de piel
atentamente sostenido
se enciende
al tacto y no lo entiendo -luz recíproca-.

entonces tú,
intensa llama, mar a veces,
a veces viento,
te esparces y me vistes, me desnudan
tus ojos que no miran y no veo,
me manipulas
precisamente, me manejas a tu antojo
también,
............a mi gusto,
tan semejantes ambos si no mientes,
también distintos.

desde tus pies hasta tu frente
-de dónde sale esta voz hueca,
sin aire-
como un ave de cristal, una melodía dice
"hagase la luz"

nadie como tú comprende mis sentidos,
la sed, la necesaria soledad.

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