Porque mi lengua se acostumbra
a recorrer tu cuerpo,
devotas mis palabras se aproximan
como pequeños animales de madera
hacia el infierno de tus noches.
El frío se apodera de los verbos
cuando las manos
aprenden una geografía
.......................................lenta
ante la duda -y decidida
delante de los mapas de otros huesos-
Prefiero
besarte y que lo notes,
dejar tu copa encima encima de la barra
con muy poco cuidado, por si el alcohol
decide derramarse en el encaje de tu medias
antes que yo
(a veces J. Pollock no es un buen ejemplo)
Decido no premeditar
paseos por el Prado
ni besos para velas
con más antelación que su segundo,
quisiera ser olvido por momentos.
Y mientras, pongo toda mi atención
en no pisar en falso,
no tropezar en la juntura
de un verso de baldosas amarillas
si una promesa es un grillete en tus tobillos
y ancla tus alas al sendero
de otra mentira.
Si puedo parecer pequeño y frágil
es porque miro
desde la altura de tu vientre,
y si pusiera en mis asuntos cotidianos,
en los poemas
de cada día,
..................este cariño,
..................................el plomo
con que te miro y me respondes,
estas palabras sin sonido que me tiemblan
en el trasbordo que mis manos
practican sobre tu cintura,
o la tristeza y el calor lejano
con que me miras un segundo
después de disponer tu boca y tu cuidado
en cincelar entre tus dientes mis arterias,
o acaso
esta pasión con que te miro y no te escondes,
esta verdad profana
que toco en tus mejillas,
entonces nada ya
quedase en la memoria o el olvido
y el tiempo
sería un niño que camina de tu mano.
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