lunes, 1 de marzo de 2010

Me gusta imaginarte tan feliz
que todo aquello en lo que no me acompañaste
por un momento
puede dormirse en tu sonrisa.

Ya sé, ya sé que no es verdad,
pero ¿qué importa?
Vendrán los viernes, nos pondremos guapos
y caros,
y todo será entonces una posibilidad.

Nadie escapó de aquella casa y siguen siendo
hirientes los domingos,
sigue siendo llanto infantil inconsolable, el
domingo, el día del Señor pero no el nuestro.

Exacto, ponte así, quizá te duela un poco,
pera esas son las reglas de tu sexo,
ya te acostumbrarás.
Sabes que seré yo quien pierda en este juego,
pero te gusta hacer que gano
una batalla o dos a la semana.

¿Impertinente para ser tan joven, dices?
No, mira, es solo
que no me creo
más especial que todos esos muertos.

Aunque te quiero tanto, tanto...
sí, mejor dormimos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

eso men, bacaneria tu locura.
un abrazo

Anónimo dijo...

¡Grande! ¡Grande!

(Y aún tengo pendiente leer lo que me enviaste)