lunes, 24 de mayo de 2010

Hay trazos de carmín en el olvido,
copas de muerte para los amantes.

Está la tierra siempre en el olvido
sobre los párpados abriendo brechas.

Las lágrimas son cal en el olvido,
navegan en lejanas aves sin nombres propios.

La vida es una piedra en el olvido,
la infancia una interrogación de arena.

Feliz a veces es el triste en el olvido,
y todo a veces es olvido y olvidar.

Pero el sudor es agua clara y flor
y hierba verde y pan en el olvido,

y cuando llegue, amor, aguardaremos
desnudos y dichosos de nuestras cicatrices.

3 comentarios:

tercera_espectativa dijo...

35-40 min

Anónimo dijo...

Qué requetebonito es este.

(Y deja de cronometrar, que en esta vida casi nada es instantáneo, y eso es bueno).

Un beso
M.

tercera_espectativa dijo...

jajaja