domingo, 9 de mayo de 2010

Prefiere ser mi puta
a la mujer de cualquier otro imbécil,
sabe que mira a todos los infiernos
si duerme en mis pupilas.

Yo grito, escribo, leo, y sobre todo
me callo.

Ella reincide en su sonrisa gris.
No sé si soy un tonto con fortuna
o con el doble de conciencia.

Hablo de otras mujeres
ella mira el reloj.
¿Lo entiendes?
Está exigiendo a cada músculo,
a cada pensamiento, a cada tiempo
una pequeña apocalipsis.

Quiere su sonrisa azul,
con este mundo que heredamos no nos vale.

2 comentarios:

L dijo...

me ha encantado

Raúl dijo...

Te encantará Fonollosa.