martes, 13 de julio de 2010

He visto al día adelantarse
para posar su luz en tu desnudo
-no sabe
que no madrugas,
que desayunas casi en cueros-,
nacer al viento por llevar
los labios de sus mariposas muertas a tu hombros.
Oí nombrar al odio donde solo
había ausencia
de la primera pincelada irresistible de tu risa.

Quisiera estar hoy ciego,
oír tan solo la cambiante curva
de alga de un río helado
y que sin ti los hombres no me pareciesen
bestias sedientas de dolor.

2 comentarios:

Jesús Arroyo dijo...

Hola Aitor:
Me parece que tienes una voz poética muy buena. El cierre de esta btrevedad es ¡de nota!
Si me lo permites, seguiré disfrutando de tus versos.
Saludos.

Anónimo dijo...

Hoy me he encontrado varios vecinos en la red.

Me gusta lo que leo, me gusta mucho asiqué volveré!