Entiendo el frío porque no sonríes,
noviembre
no es una explicación.
Son días de reparo,
de inventariar las piedras del camino,
de exagerar la culpa, acaso.
Y de silencio
si basta con estar
-aparte de tu forma de dejarme sin palabras-.
Hermosamente triste.
Ya sabes
que nada dura para siempre.
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