miércoles, 17 de diciembre de 2008

Complutum

Nosotros, sombras
del callejón de Santa
María, dos días que se encuentran en la calle
Colegios y una vez al mes,
menstrualmente,
haciendo cola en correos y telégrafos
de (esta lenta) España.

Dos santos niños más bailando
bajo la catedral
a insanas horas de la noche,
borrachos si empezamos la noche con dinero,
a tumbos hasta el frío húmedo
que demuestra
que existe
la mala suerte, acechando.

Acostumbrado a aminorar
la marcha,
la trampa que el escaparate
hace con tu prisa,
el paso lento del Paseo de la Estación,
la pérdida de un tren
y la explosión contra mi boca
fugaz de tu boca.

Desayunando en la Victoria,
cenando dulcineas con Cervantes,
en soportales seculares,
Quijotes aunque cueste
entre cuarteles, conventos, colegios, iglesias.

Un río, un cerro, centros comerciales,
el rascanieblas,
polígonos propicios al amor
y barrios
que huelen a puchero, parques
que saben a domingo.

Aquí vivimos y bebemos,
amamos,
bailamos con las horas, huimos de la tuna
y poco más. Esta ciudad
me ha hecho a su imagen.

1 comentario:

Anónimo dijo...

no pensaba comentar, es como si invadiera algo muy privado pero al fin de al cabo la poesía es eso plasmar sentimientos privados en papel... en fin lo que quería decir es benditas las calles de Alcalá que han sido testigo de tantas cosas, de amores, de borracheras, de peleas, de vidas enteras...