martes, 2 de diciembre de 2008

Ni un maldito jamelgo para este cuento de hadas

-Era tan sencillo como hacer las maletas, pero decidieron pasar a la "Historia", es decir, la Historia de las historias falsas (encima eso) o ficticias, ser carne de souvenir.
.
-¿Y qué ganaron? Si tanto se querían, que hubieran seguido vivos. Morir así es de cobardes. Verona es Teruel, Troya... todos esos sitios que un amor idiota y una moral muy amoral hizo desgraciados.
.
De una conversación entre borrachos
.
Yo sé que el nuestro
no es
el equilibrio de las catedrales
que se encomiendan a los siglos y a su frío,
que permanecen
en pie de pura cotidianidad.

La vida nos cayó a plomo
como una gracia extraña
-esto lo sé por tu silencio, en parte-,
por eso
se han desplumados nuestras alas rotas,
de estar sentados sobre plumas
que conocimos de antiguos libros
y de películas
dudosas,
las plumas que heredamos de una memoria ajena.
Las alas que nos dieron
para un amor que no nos vale...
tanto
que ni el amor ya cuenta para mucho,
materia escéptica.

Otros cayeron antes que nosotros,
mintieron
y se mintieron mucho, acaso sin saber,
y no pudieron ver los montes ni los ríos
que no movió el amor,
que no paró el amor,
el pino que brotó
...........................de la inmortalidad
de un cuerpo,
la eternidad de tanto bien
así olvidada.

No solo
la sangre azul fue sangre enamorada,
no quiero bustos.
Prefiero iniciales en la lluvia,
tus muslos
que cambiarán junto a nosotros
y olvidarán más lejos,
tu tierna forma de mirarme, a medias
de broma, a medias
a punto de revolución,
la libertad de aquél al que no esperan,
el dísimulo con el que me pagas
la sexta copa.

En las aceras,
en parques decorados con la noche,
portales, ascensores, automóviles
que ofrecen un asiento,
hostales de una noche, taxis,
teléfonos, mensajes, horas
a crédito con intereses...

ni un maldito jamelgo.

Y nos pensamos únicos y hermosos,
efímeros y miserables,
al borde de un colchón dispuesto a extinguirnos,
sin tregua lo que dure.

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