miércoles, 21 de enero de 2009

Extraño

Mi nombre no me dice mucho, ni siquiera
delante del espejo.

Me sé inútil
-en ciertas ocasiones lo haces tan dolorosamente patente-,
intento acompañar.

En mi ventana,
la lluvia lee la desnudez que acude austera
a refugiarse de una ausencia.

Teléfonos y direcciones,
postales,
la compasión de un verso, acaso lástima
hacia el padre.

.......................nada
me recupera.

No hay comentarios: