lunes, 12 de abril de 2010

Entre las sábanas te estiras,
como un sol diminuto en el enredo de las ramas,
piensas en mí tan solo
por un momento, pero
cuando la luz es mar tambien cabe la pereza.

Hoy no es tu guerra,
los otros desayunan en susurros
de tráfico.

¿Quién desperdicia tu desnudo y a su seda contundente?

Algo te habla de mí,
como de tí me llega la noticia
de, por ejemplo, alguna orquilla abandonada
hace ya tanto tiempo...
Pero a ti es la pena la que te coje por el cuello,
la pena es posos de café,
la reticencia de la goma de un pijama.

Hoy no es tu guerra,
la vida va esperarte siempre, quédate durmiendo.
Yo pagaré por todas tus traicioesy las mías.

No hay comentarios: